Son machetazos de los tiempos idos
esas arrugas que a tu frente adornan,
que transcurrieron por demás sufridos
y a recordártelo a tu piel retornan.
No las escondas porque son banderas
que arrebataste tras tremenda lucha
en el trabajo y en cien mil quimeras,
a las que hiciste resistencia, y mucha.
Ahora te avalan, tu prestigio crece,
pues son el fruto de tu gran empeño
y aunque te aumenten la vejez, no empece
para saberte de tu imagen dueño.
Son referencias que vivió tu vida,
que tienen esa singular salida.