Cuando se quiere de verdad, no hay nada
tan grande, tan hermoso y tan sublime,
como el amor, que sin dudar redime
la vida, si estuviese aletargada.
La aviva de tal modo, que montada
en el corcel que de su esencia exprime
galopa y lo anodino lo suprime
por mor de esa tremenda galopada.
En el cuerpo y el alma se presenta
con dulzura y en ellos se aposenta
y les aumenta al tiempo su vigor
abriéndoles las ganas de gozar
las delicias que llegan al amar,
que son las consecuencias del amor.
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