Estoy como ese pájaro enjaulado
que no puede cantar por donde quiera
aunque sienta llegar la primavera,
por encontrarse triste y desplazado.
Se me nota aburrido y apenado,
porque lo saco desde dentro afuera,
pues trato de aguantarlo y no hay manera
aunque miles de veces lo he intentado.
Perdí la libertad que antes tenía
y con ella la paz y la alegría,
quizás por no haber sido más prudente
y acallar mis fogosos sentimientos,
abortando mis libres pensamientos
para que no salieran de mi mente.