LA NECEDAD DEL HOMBRE

Si será necio el hombre que a Dios ha abandonado,
habiéndolo cambiado, ¡qué cosas!, por la ciencia,
una absurda ocurrencia digna de un alienado
no muy bien informado ni con mucha sapiencia.

Su enorme prepotencia viene de su ego inflado,
al punto que ha acabado por negar su existencia
y con mucha insistencia reniega del pasado
en el que hubo luchado por Él con vehemencia.

Muestra su indiferencia por todo lo sagrado
llegando hasta tal grado que evita la presencia
en lugares que ha estado siempre con deferencia

y usando la prudencia de un señor educado,
mas desde que ha cambiado no quiere convivencia
con gente que en esencia siempre estuvo a su lado.

Al oír que la muerte le ha nombrado
llora desconsolado, tomando ya conciencia
de estar equivocado…y pide a Dios clemencia.

Acerca de cristinovidal

Jubilado, toledano y residente en Madrid. Escribo poesía por entretenimiento.
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